Cambiar el Mundo con Lápiz y Papel

¿Puede una persona cambiar el mundo? La respuesta más obvia es “no” porque una golondrina no hace verano, pero lo cierto es que las mejores ideas que han cambiado el mundo, nacieron en un papel.

Cuando recibí la invitación para participar en el proyecto de La Fonda del Diseño, me sentí inmediatamente identificado con la idea de llevar la ilustración a un nivel social, cosa que en Panamá no sucede con mucha frecuencia. La idea desde el inicio fue invitar a diseñadores, ilustradores y aficionados de las artes visuales, a que utilizaran sus talentos para el bien común por iniciativa propia.

El sábado 23 de septiembre quedó marcado en el calendario, y aunque el tiempo para prepararnos fue algo ajustado, el trabajo de un equipo comprometido permitió que los talleres de La Fonda, llenaran las expectativas de los participantes.

Como punto de partida para este taller, decidí tomar como guía el método científico de investigación (observar, investigar, experimentar…) ¿Y cómo fue que llegó un método científico a juntarse con la ilustración? Pues el objetivo del taller, iba más allá de hacer un banner bonito; se trataba de ir al meollo del asunto, es decir, comprender cual es la raíz de los problemas que a diario vemos, y que parecieran no avanzar más allá de comentarios de indignación a través de redes sociales. Para esto, necesitábamos una guía que nos permitiera poner en orden todas nuestras ideas, pero con una base sólida de estudio.

LaFonda6

Habiendo comprendido la parte teórica, estábamos listos para salir a explorar aquellos rincones de la ciudad que no estamos acostumbrados a visitar como San Felipe, Santa Ana y La Ave. Central, con la intención de observar y escuchar sus necesidades.

Es importante mencionar, que para abordar los problemas de la comunidad, no podemos llegar de buenas a primeras con un manual de instrucciones de cómo reciclar o poner más cestos de basura en las calles, esperando que todo el mundo los utilice. Es primordial observar el entorno, investigar con todos los recursos posibles las causas del problema, conocer la cultura de la gente y sobre todo, acercarse con mucho respeto y empatía.

Aunque estábamos rojos del calor, tener contacto con la señora que vende babuchas de todos los tamaños o conversar con el coleccionista de revistas de Condorito, nos hizo ver más allá de las fachadas plásticas que abundan en nuestro Casco Antiguo; fue como vernos en un espejo y entender que por más imperfecciones que tenga nuestro rostro, es nuestro y debemos aceptarlo con amor.

Ya de regreso al Taller, empezamos a trabajar sobre el papel con todas las anotaciones, entrevistas, fotos y experiencias vividas en nuestro paseo; llegaba el momento de identificar necesidades o problemas para hacer nuestras propuestas, y poner a trabajar nuestra creatividad.

LaFonda2

El primer equipo formado por 3 chicas, se fue a dar un paseo por allá donde la gente te dice que no entres, porque puedes regresar desvalijado. Ellas identificaron una línea imaginaria que no te permitía llegar a ese Panamá auténtico, por lo que su proyecto consistió en crear un mapa de esta zona, pero no cualquier mapa, sino uno que te señalara precisamente, donde podías encontrar a la señora que hace las empanadas más ricas del barrio; el señor que limpia zapatos y no le falta una historia que contar; el tallerista que tiene una máquina increíble que imprime afiches estilo vintage o el echador de cuentos del parque, que se sabe todos los bochinches del barrio. Esta guía turística se llamó “Baño de Pueblo” y no te muestra los lugares mas fancy de San Felipe, sino los más auténticos.

Nuestro segundo proyecto trataba sobre la gran cantidad de adultos mayores solitarios en las calles buscando qué comer, habiendo tantos sobrantes de comida en los restaurantes del Casco Antiguo.

El proyecto consistía en hacer popular el hecho de donar algo de tu comida a un abuelito de Santa Ana necesitado de alimento. No solo impresionarías a tus amigos tomándote una selfie en aquel restaurante cool, sino que también todo el mundo sabría que algo de lo que comiste, lo donaste para una buena causa. Así entonces podías comprar un combo de hamburguesa, papas y soda, pero podías donar las papas. Ser popular y tener buen corazón, ¡son cosas que pueden llevarse de la mano en este proyecto!

Para cerrar, nuestro tercer caso liderado por dos diseñadores gráficos y una chica muy curiosa, coincidieron en que el futuro pertenece a los niños y lo que siembren hoy, es lo que cosecharán mañana. Ellos observaron muchos niños jugando en calles llenas de basura, consumiendo bebidas azucaradas y comida chatarra, entre otras cosas que no aportan a una calidad de vida sana y feliz.

Así fue como nació la campaña #TeQuieroVerde y de ahí, en un juego interesante de palabras, se desprendieron frases que explican a los niños qué es tener una vida verde: Te quiero VER feliz, te quiero VER jugar, te quiero VER saludable, te quiero VERde.

La respuesta de los participantes excedió nuestras expectativas, y nos llenó de emoción ver cómo respondieron a sus problemas sociales con tanta creatividad. Nos divertimos mucho, comimos rico y demostramos que detrás de cada uno de estos profesionales, también hay seres humanos de buen corazón, que tienen el deseo de cambiar el mundo y ahora saben cómo hacerlo con tan solo lápiz y papel.

LaFonda7

Si te interesa llevar este tipo de talleres a tu comunidad o espacio de trabajo, puedes escribirme a hola@josejimenezvega.com o llamar al +507 6678 1303.


Esta obra está protegida bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.