NACIÓN SUSHI
Storytelling
2017
Since 2017, Nación Sushi began to integrate entertainment spaces for children within their restaurants, so they needed to add some color and fantasy to this little corner. I was then given the opportunity to write a story using elements from the children’s menu, and painting murals related to the story in several of their branches in Panama.
Desde 2017, Nación Sushi empezó a integrar espacios de entretenimiento para niños en sus restaurantes por lo que necesitaban agregar algo de color y fantasía en este rincóncito. Me dieron entonces la oportunidad de escribir un cuento usando elementos del menú para niños, y de pintar murales relacionados al cuento en varias de sus sucursales en Panamá.
La Nación de los Niños
Escrito por: José Jiménez Vega
Erase una vez en un lejano pueblo, un respetado Chef que se dedicaba a las artes culinarias heredadas por sus antepasados. Sus platillos deleitaban hasta el más exigente paladar y gozaba de mucha popularidad. El Chef vivía con su nieto, a quien desde muy pequeño, le inculcó la disciplina y el amor por la cocina.
Como el niño conocía las recetas secretas del abuelo, soñaba por las noches que los rollos de sushi eran enormes globos, que los fideos eran largas cuerdas de un columpio, y que se deslizaba en un wonton gigante sobre una montaña de helado de la cual brotaba un río de dulce de leche. Después de jugar hasta el cansancio, se deleitaba con los ricos bocados de extraordinario tamaño.
Un día se preguntó —¿Y si pudiera preparar rollos de sushi tan grandes como en mis sueños? ¡Apuesto a que puedo preparar los fideos más largos jamás antes vistos!— Y así, poco a poco fue reuniendo los ingredientes que necesitaba y se los llevó a un lugar secreto que sólo él conocía. Allí, empezó a preparar las gigantescas delicias.
Durante el día estudiaba y ayudaba a su abuelo, pero por las noches, las largas jornadas lo dejaban rendido de cansancio. Mientras dormía, soñaba con las estrellas quienes se acercaban a preguntarle: —¿Por qué preparas rollos de sushi tan grandes? ¿Acaso vendrá tanta gente a tomarse toda esa sopa de fideos?— Entonces, el niño les explicó lo que deseaba hacer: —¡Quiero construir un columpio gigantesco con fideos y flotar en el aire con rollos de sushi que vuelan! ¡Quiero hacer una montaña enorme de helado y deslizarme en un wonton gigante! ¡Wooohooo! —
Las estrellas asombradas por su enorme entusiasmo, se decían entre ellas — Parece exagerado pero suena muy divertido ¡Vamos a ayudarlo! —


Todos los días seguía su estricta rutina: Estudiar en la mañana, trabajar con el abuelo en las tardes y seguir construyendo su parque de delicias por las noches.
Un buen día, algo increíble pasó al llegar a aquel lugar secreto. Los rollos gigantescos de sushi flotaban en el aire, los kilométricos fideos colgaban de las ramas de los árboles y enormes montañas de helado que no se derretía, parecían llegar hasta el cielo. Emocionado, el niño corrió hacia la comida y jugó toda la noche. Después de divertirse hasta el cansancio, como ocurría en sus sueños, se deleitaba con los deliciosos bocados y ricos postres hasta la saciedad.
Al regresar a casa, las estrellas se acercaron a él en sus sueños y dijeron: —Nos alegra que te gusten los juegos del lugar secreto, y esperamos que lo disfrutes tanto como nosotras disfrutamos verte jugar. Entonces el niño dijo: —Ojalá más niños pudieran venir a jugar conmigo y pudieran comer los postres que no se acaban—

Algunos días después, empezaron a llegar niños de diferentes pueblos al lugar secreto. El nieto del Chef asombrado les preguntaba: —¿Cómo llegaron aquí?— a lo que los niños respondían: —Vimos que las estrellas empezaron a brillar muy fuerte, ¡más de lo normal! y las seguimos hasta este lugar—
El niño preguntó —¿Los ha seguido algún adulto?— y ellos respondieron —Algunos, pero al mirar hacia atrás, vimos una nube brillante que los envolvía y los perdimos de vista— Al darse cuenta que los adultos no podían seguirlos, decidieron llamar a aquel sitio La Nación de los Niños, porque solo ellos podían entrar. Ahí gobernaban la paz, el respeto y la alegría.

Con el pasar del tiempo, se corrió la voz entre la gente del pueblo y todos salieron en búsqueda de aquel lugar de postres gigantes que no se acaban. Con mucho cuidado miraban fijamente al cielo para encontrar a aquellas brillantes estrellas, pero ellas parecían brillar solo frente a los niños. Por más que los adultos insistían, no las veían, y cada vez que seguían a un niño por el sendero hacia el lugar secreto, rápidamente lo perdían de vista.
Desde entonces cuenta la leyenda que, cuando se ven estrellas brillar intensamente de forma inusual en el cielo, es porque “La Nación de los Niños” está cerca.


Fotos: ©José Jiménez Vega
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